domingo, 15 de diciembre de 2019

Termina la historia

TERMINA LA HISTORIA

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Una joven soñó una noche que caminaba por un extraño sendero campesino, que ascendía por una colina boscosa cuya cima estaba coronada por una hermosa casita blanca, rodeada de un jardín. Incapaz de ocultar su placer, llamó a la puerta de la casa, que finalmente fue abierta por un hombre muy, muy anciano, con una larga barba blanca. En el momento en que ella empezaba a hablarle, despertó. Todos los detalles de este sueño permanecieron tan grabados en su memoria, que por espacio de varios días no pudo pensar en otra cosa. Después volvió a tener el mismo sueño en tres noches sucesivas. Y siempre despertaba en el instante en que iba a comenzar su conversación con el anciano.

Pocas semanas más tarde la joven se dirigía en automóvil a una fiesta de fin de semana. De pronto, tironeó la manga del conductor y le pidió que detuviera el auto. Allí, a la derecha del camino pavimentado, estaba el sendero campesino de su sueño.

-Espéreme un momento -suplicó, y echó a andar por el sendero, con el corazón latiéndole alocadamente.

Ya no se sintió sorprendida cuando el caminito subió enroscándose hasta la cima de la boscosa colina y la dejó ante la casa cuyos menores detalles recordaba ahora con tanta precisión. El mismo anciano del sueño respondía a su impaciente llamado.

-Dígame -dijo ella-, ¿se vende esta casa?

-Sí -respondió el hombre-, pero no le aconsejo que la compre. ¡Un fantasma, hija mía, frecuenta esta casa!

19 comentarios:

  1. - No hay problema. Soy espiritista y voy a acabar con él.
    El hombre de la larga barba blanca le vendió la casa muy a su pesar. Pasaron días lúgubres y una terrible noticia fue publicada en la decimotercera página del periódico.
    “Una joven aparece descuartizada sobre una vieja cómoda”
    El hombre, asustado, regresó a la casa durante la fría noche del 7 de octubre donde termina ahorcándose en el granero.

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  2. -¡Perfecto! -respondió ella emocionada- justo traigo mi ouija en la mochila.
    La joven dio una lista al campesino: velas rojas y mechero, sal, agua y hojas secas. El campesino preparo todo con la menor brevedad posible que pudo. La chica armó toda una sesión de espiritismo en menos de quince minutos.
    Cogió el péndulo y pregunto -¿Estas ahí?
    El péndulo empezó a girar sin mucho sentido y rápidamente señaló al "NO"
    -Pues nada, mala suerte - comento la joven - aquí no hay ningún espíritu. Y el anciano desapareció.

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  3. - Es imposible, los fantasmas no existen.
    - ¡Claro que es posible! Todas las noches lo veo, pero no consigo hablar con él.
    La joven sorprendida se dio cuenta que el fantasma que veía el anciano todas las noches era ella. Entonces entendió que esta vez el sueño era real, había muerto.

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  4. La joven, a pesar de los avisos del anciano, decidió comprar la casa y inmediatamente fue a vivir allí. Las primeras semanas fueron tranquilas y sin ningún improvisto peor el ultimo día del mes, algo extraño pasó en la casa y, como le dijo el anciano, un fantasma apareció en la madrugada. Y así sucedió cada ultimo día del mes. La joven no volvió a ser la misma y nunca abandonó esa casa. Quizás podemos hablar de un segundo fantasma en la casa.

    Izaskun Jimenéz.

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  6. Al final compró la casa maldita. Todas las noches soñaba con una muerte muy extraña. Una pareja mataba al anciano que le vendió la casa en esa misma casa. La joven empezó a investigar la historia de aquella casa y vio que los últimos 5 dueños de la casa habían muerto. Intentó vender la casa pero no lo consiguió. Una noche soñó que el anciano que le vendió la casa la mataba. Se volvió loca, pensó que el anciano la perseguía y al final por no sufrir la ira del anciano se suicidó

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  7. -¡Un fantasma! ¿Es posible?
    Y de nuevo despertaba.
    Mientras tanto como cada vez Sísifo bajaba por su casa, abría la misma puerta y empezaba con la misma palabra.

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  8. -¿Un fantasma? ¡No puede ser! Dime, ¿cómo es?
    -No he logrado verle, hija mía, pero cada noche, mientras sueño que me acerco a la casa de una joven, mi puerta se abre bruscamente, y siento frente a mí la presencia de un ser. No logro escuchar lo que dice, pues cuando abro los ojos, desaparece.

    Entonces, la joven comprendió, sin saber bien por qué ni cómo, que ella y el anciano, estaban visitándose en sueños.

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  9. Ella, mientras comía golosinas pensativa, decidió aceptar la oferta de comprar la casa, e iba a intentar ahuyentar al fantasma de cualquier manera. Tras semanas luchando, no consiguió su objetivo. Sin embargo, el fantasma cada vez está más airado, ya que no entendía por qué le quería echar fuera de su hogar. Un día decidió no hacer nada. Se quedó en el salón y vio como poco a poco se acercaba hacia ella queriendo decirle lo siguiente: ¿por qué te escapas de mí? Tras ver que no podía escapar de casa, porque estaba echada la llave, con lo que no le quedo otra que entablar una conversación. Al final se hicieron no solo amigos, sino compañeros de piso para toda la vida, ya que cuando la chica muriera, se convertiría en fantasma.

    Eider Santos

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  10. Ella asustada, mira bien al hombre en busca de alguna evidencia que le lleve a verificar que él es el fantasma. Sin embargo, no encuentra nada en él. En el momento en el que se dispone a tocarlo con la mano siente un espantoso viento frío en ella. ¿Qué ocurre? No llega a tocarle. ¿Por qué no le siente?
    En ese momento tiene una epifanía. En efecto, hay un fantasma en la casa, es ella.

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  12. -¿Un fantasma?-le preguntó con una voz trémula, casi sin querer recibir una respuesta.
    Pestañeó en repetidas ocasiones y, cuando quiso darse cuenta, el señor había desaparecido de allí. No quedaba ni rastro, ni tan siquiera una mísera huella en el camino embarrado que llegaba hasta la puerta de la casa. Aturdida y con poca decisión se encaminó despacio hasta la puerta que se encontraba entornada. Al abrirla por completo, un familiar sonido chirriante salió de las visagras. Entró; todo era similar a como lo recordaba. Sin embargo, un gigantesco espejo habitaba ahora la esquina izquierda del salón. Quiso mirarse en él pero no le devolvía ninguna imagen. No sabía que hacer y asustada quiso huir de allí cuanto antes. Pero sonó un portazo. Se dio cuenta de que no tenía escapatoria. Volvió a la sala y decidió mirarse de nuevo en el espejo. Entonces comprendió todo.

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  13. Blanca Arrizabalaga Kutz:

    Ella se preguntó a sí misma ‒¿Cómo es que el anciano puede ver a mi marido fallecido?
    Ella que estaba ilusionada por haber encontrado a su difunto marido, se percató de que el señor que habitaba la casa era el asesino de su amado. En ese mismo instante, le entra un arrebato de locura, agarra un hacha con todas sus fuerzas y se lo clava en la espalda al que le arrebató la vida a su difunto marido. Ella, mientras pensaba en su querido amado, mira al cielo y se quita la vida tirándose de la ventana del último piso. El objetivo estaba cumplido, se había reunido con su marido para el resto de la eternidad.

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  14. - ¿Y puedo verle?- Contestó ella.
    - ¡Por supuesto! Acompáñame.
    El hombre le mostró todos los lugares de la casa, hasta que, al final, en el salón, destapó un gran espejo que estaba cubierto por una sábana. Pero para sorpresa de ella, no conseguía ver la silueta del hombre reflejada en el espejo...
    ¡El fantasma era él!

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  15. -Un fantasma?- dijo ella
    -Sí era una anciana muy agradable y simpática a la que le gustaban mucho los chistes.
    -¡Hala, mi abuela era igual! Nunca he estado en su casa, pero siempre que me describía su casa le decía que era como la de drácula y ella me respondía chistosamente: no en esta casa nada más que queda magnunfrack y twister choc.
    -¡Qué graciosa!
    -¿Es esta de la foto? Porque esta es mi abuela, una señora mayor de pelo rojo teñido, muy bajita y más agachada, por la edad, que un chino agradecido.
    -¡Sí es ella!
    - ¡¿Mi abuela vivía aquí?! ¡No me lo puedo creer! Quizás ella quería que soñase con esta casa para que la comprase y viviese aquí.

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  16. Saioa Andrés Heras

    Ella sorprendida por la respuesta del señor que tan familiar se le hacía le contestó sin pensárselo dos veces: Ya lo se señor, yo soy ese fantasma. El señor atónito le dijo que como iba a ser ella el fantasma, que se vaya de su casa, que no quiere que nadie le vacile. Ella se fue indignada de vuelta al autobús pero no dejó de soñar con esa casa y con ese señor. Unos días después Elvira volvió a la casa llorando y le empezó a explicar al señor lo que ella soñaba y que por favor le vendiese la casa. El señor después de verla llorar de esa manera decidió venderle la casa.

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  18. Genial! Lo cierto es que me viene genial para el nuevo reportaje que tengo que publicar en el programa de “Cuarto Milenio”.
    Es en ese instante cuando la joven no dudo en comprar la casa a pesar de los avisos del anciano. Tras varias semanas de investigación, la joven descubrió que el verdadero fantasma que vagaba por la casa era el anciano.

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  19. - ¿Un fantasma? – preguntó la joven.
    - Sí, hace ya varios días que a altas horas de la noche un ente etéreo asciende por el camino y toca a la puerta. No podría decirle que aspecto tiene, ya que en cuanto abro la puerta se desvanece. Solo queda un leve murmullo que dice “la culpa es tuya”.
    La joven, reconociéndose en el relato del anciano, enmudeció. ¡El fantasma era ella! Pero ¿cómo era posible? ¿a qué se refería con la culpa? Horrorizada, corrió hacía el coche, pero en su desesperación, no vio el camión que se abalanzaba rápidamente hacia ella y todas sus preguntas encontraron respuesta.

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